No tienes que fingir:
el amor no llenaba a diario.
Pero, cuando el frío nos encogía, esa cama
era el mejor escenario.
Contén tus enojos, tu hiel,
no aceptes tus rendiciones.
Confirmé que cerrar el último el bar era la más
digna de las opciones.
Partiremos con traje de gala,
cada cual su camino.
Volveremos a vernos mañana, tal vez,
si se ocupa el destino.
Miraremos, al cabo, hacia atrás
por confirmar nuestra ruta.
No hay que dejarse engañar, el pasado
cuando quiere muta.
Nuestras fotos de ayer
nos harán aparecer más bellos.
En el inerte nitrato de plata veremos
aparecer destellos.
Aquella sonrisa fugaz
tras cada despedida
antes de subirnos al último metro del día
deberá ser ceniza.
Cúbrete, que no llegue hacia ti,
que su hedor momifique en su atavío.
Si la dejas mandar, abrasará en sus afanes
tus ojos de vidrio.
Antes de arrepentirnos
confirmémonos de nuevo solos.
Si me dejo llevar, en tu hoguera de miel
como brujo me inmolo.
Dime adiós, quiero oírlo
esta vez de tu boca.
Comprobemos si aún somos fragmentos
o nos fundimos en roca.
El ayer es tenaz
y nosotros dos tristes bufones:
con lo fácil que es pronunciar un adiós y los labios
se nos descomponen.
Absolutamente devastador.
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¡Gracias, compañero! Algo así pretendía ser, devastadora, pero llevaba muchos meses atascada en una libreta porque no conseguía acabar dos o tres estrofas. Al final me harté…y ahí está el resultado Jejeje
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