Publicado por Khajine | Filed under Cuentos cortos, narrativa, poesía..., Viñetas
Eva tomando el Sol
19 martes Nov 2019
19 martes Nov 2019
12 martes Nov 2019
Posted Poesía
in10 sábado Ago 2019
Posted Poesía
inEtiquetas
Te visitaré cuando llegue esa noche
en que marchiten tus espinas,
cuando tus pétalos, otrora turgentes,
enmudezcan en su caída.
Aprovecharé la pausa de tu magia
para optar a vencer tu embrujo;
entonces, me daré el lujo
de ser quien luzca la carne.
Seré arsenal de lujuria,
y, en la ausencia de tu encanto,
regresaré noches de llanto
a quien antes me las prestara.
Fuiste tú mi amor más informal,
mi más fiel enemiga.
Derroché en regueros de tinta
lo que me diste en saliva.
Cuando tu belleza, marcescente,
se apague por tu fatiga;
cuando el brillo de tus ojos
no vele tu viperina;
aprovecharé la ventaja
para seguir en tu vida.
30 jueves Ago 2018
Posted Poesía
inEtiquetas
amor, desamor, instrucciones, instructivo, matar el amor, rutina
26 lunes Feb 2018
Posted Poesía, Salud y bienestar
in(piano, tempo andante)
Caminando en espiral.
¡Cada paso se evapora!
Y adolece de señal
que le muestre un nuevo ahora.
De este rito sin final
sólo escapa quien se inmola,
quiebra el ciclo al claudicar
proclamando en buena hora
(forte, tempo andante)
Que no quiere sufrir más,
no le importa si estás sola;
si quien te ama de verdad
hace fila en otras colas;
que no gozará tu mal,
pero que tampoco importa;
que si te mueres de sed
bebas de otra pirindola.
(piano, andante)
Hubo un tiempo diferente
en que afanabais las horas,
en que evitabais la gente.
Generabais vuestras olas.
Tu saliva insuficiente…
¡si la piensa se le atora!
Tu lengua era una indigente
que moraba hasta en su gola.
(forte, vivace)
Te entregaba cuanto tuvo,
tú se lo pagaste a plazos
mientras él se deshacía
racionabas tus abrazos.
¿Cómo puede no entenderlo
si aún se quiebra en mil pedazos?
(piano, andante)
Cuando todo comenzó
le abriste nuevos caminos;
cada instante, cada gesto,
fue un paraíso en diferido.
Recuerda al llegarte a amar
le creaste sus instintos,
a tu cuerpo se abonó
entregando el respectivo
(forte, andante)
Mira el temblor de su pulso
su alma ya no tenía filtro.
Se entregó con todo a ti
aunque no encontró el motivo.
¿Ahora, que por fin se va,
le reclamas en su olvido?
(piano, andante)
Supo que era simple ornato,
que era el temple de tu acero,
cuando un día sin mirarle
registrabas en su cuero.
Cada palmo en que besabas
lleva el nombre de otro cuerpo.
Tu boca te delató
cuando prometiste el cielo:
(forte, vivace)
¡Ya él se dejaba flotar
sus pies le alzaban del suelo!
¡Tú vivías otro mundo,
aún le amabas como un perro!
¿En tu ausencia impersonada
le brindaste algún lucero?
(forte, vivace)
La vida se le escapaba,
él quería empezar de cero
y disfrutar como un enano
acurrucado en tu agujero.
¡Tiene suerte de no verte,
ya no finge que está ciego!
(forte, tempo andante)
El amor se atragantaba,
él quiso empezar de cero
y disfrutar como un enano
alborotando otro agujero.
Se entregaba cuanto pudo,
no pudo cobrar los plazos.
Mientras él aún boqueaba,
le quebrabas su espinazo.
¿Cómo puedes increparle
si aún resiente tus hachazos?
11 jueves Ene 2018
Posted Poesía
inEtiquetas
Me excita pensar en ti.
Me altero.
Me agito en mi letargo y me estremezco.
Me excita pensar en ti,
y es un dislate;
apenas si he rozado tu escondrijo.
Me avergüenza denunciarme
y ser prolijo
en emociones que supe bajo llave.
Me avergüenza el exponerme
ante tus ojos
y perder el aura mía que te atrajo.
Además, está el absurdo que me ancla,
y esas cadenas
se me atoran por cobarde.
Me quema ser tan necio
y obcecarme
en cuestiones de honor que habría barrido.
Soy quien soy y, sin embargo,
te deseo;
tanto arde que no controlo mi vahído.
Te espero al otro lado del camino
si los pasos que me invitas a soñar
los doy contigo.
16 miércoles Nov 2016
Posted Poesía
in26 viernes Ago 2016
Posted Microrrelatos
in09 sábado Ene 2016
Posted Poesía
in
Recuerdo cuando te olvidé,
grabó el instante otra saliva en mi memoria,
y fui tan consciente de mi olvido que recuerdo
cada clisé que modelé en aquel momento.
La primera despedida fue sangrienta,
desesperada y ruidosa, una declamación;
declaraba que mi amor vivía entre deudas
y yo era el usurero de unos besos no devueltos.
“Arráncame esta libra de mi pecho,
que no quiero caminar ya solo,
pues no quiero barruntar una esperanza
si soy consciente que el camino es el del dolo”.
Y ésa fue mi despedida más sincera,
fue burda e infantil, ¡fue teatrera!,
fue tan intensa que, febril, casi la creo
pero enseguida claudiqué y perdí lo honesto.
“Es normal, las cosas pasan, no hubo engaño,
ella dijo “de mi amor obtendrás daño”
y cumplió con creces su promesa
aunque en sus manos estuviese remediarlo”.
Después, pareció sanar sola la llaga
y las cicatrices que quedaron semejaban
que el tejido se restablecería de algún modo.
Pero, al llegar el frío el dolor continuaba.
“Yo te amaba en cada instante, y te amé tanto,
que estabas clavada en cada verso que escribía;
eras una espina tan afilada que hasta hería
su sombra sobre la página en blanco”.
Una tras otra, en procesión de negativos,
he revelado las letras de ese anhelo;
mírame, insustancial, vuelvo a lo andado
y me recreo entre las lascas del flagelo.
Esa saliva salvadora aún no ha secado
y ya siento avidez por otros labios.
No me quedó nada de ti salvo el pretexto
de saciar mi piel con piel, ser deseado.
Resulté desmedido, luego humilde y acabé
evocando mi olvido en tu olvido respectivo
Recuerdo la saliva del día en que te olvidé
porque en esta ausencia tuya aún te olvido.
12 miércoles Ago 2015
Posted Poesía
inCien errores he tenido
pero el que más me ha dolido
cambiaba copas por oros,
gastó su sonrisa para todos,
_
y, siempre sin compromiso,
hizo de mí lo que quiso
jugando a ser carta errante,
el “joker” de corazones,
aún le debo mil canciones
_
y no me pagó ninguna.
_
No descarto que en mi entierro,
sentimental o sincero,
se presente ataviada de novia
y a la tropa que me agobia,
_
con melindre y llantos vanos,
la mande a dormir temprano
para lamentar su despecho
lejos del que será mi lecho
y que yo halle allí mi calma;
_
ella cuidará de ello.
_
Obsta que en cualquier momento,
cuando yo ya esté indefenso,
le reclame su yo salvaje
que prepare su equipaje
_
y se marche presto y lejos
a un lugar donde el espejo
no le muestre ya mis rasgos
salvo por reflejos vagos.
Allí estará otro yo pasado
_
con su corazón abierto.
Tan abierto como el mío,
que la amaré, amo y he amado,
_
pero siempre a su servicio.