Hoy sobrepasé con creces
los límites de lo humano:
¡Catorce veces mi peso
en el baño he liberado!
Catorce, como quien dice
doce tribus de Israel más dos hermanos.
Catorce, como las horas
de un reloj bien trasnochado.
Catorce, como los apóstoles
de Jesús y sus cuñados.
Catorce, como al mutiplicar “pi”
por un número no informado.
Catorce, como jugadores
tiene el Madrid en el campo.
Catorce, como escisiones
acumula la Iglesia cada año.
Catorce veces mi peso
en residuo he descartado
y al mirar mi suma hay menos trece,
en puro éter me he transfigurado
Ahora que, de alguna forma,
la humana frontera he alcanzado,
quiero, con esta elegía, que sepas,
¡mierda!, que siempre te he amado.