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abogado, engaño, falacia, homeopatía, humor, humor negro, humour, justicia, médico, mentira, negligencia, venganza
Publicado por Khajine | Filed under Cuentos cortos, narrativa, poesía..., Viñetas
28 jueves Nov 2019
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03 miércoles Jun 2015
Posted Tito
inCrees que llegará un momento en que superes todo, pero pasa el tiempo y el momento no llega. El dolor parece ocultarse por momentos pero nunca remite. Lo puedes comprobar; sólo tienes que traer a tu memoria una imagen de lo que perdiste y notarás cómo la sangre se congestiona en tus sienes y la presión no te abandona. Y así puede pasar un año o dos, o quince, que lo querido siempre vuelve en forma de recuerdo. Sí, de recuerdo, porque no hay más.
Hay quienes se atreven a decir que el dolor puede gestionarse, que puede superarse. Me embrutecen, me llenan de ira. Esa gente, que quiere estandarizar tus sentimientos, que quiere hacerte positivo y productivo, de lo que realmente hablan es de enseñarte a no amar. A no amar lo que ya no puedes poseer, a quitarle toda la importancia al pasado, todo el valor. A quebrar tu deseo, que es lo único que te queda. Tú amas y tu amor clama justicia. Pero el mundo es normativo, sus leyes no pueden violarse. Es legal, pero no es justo.
Porque si fuera justo tus bigotes todavía me harían cosquillas en el brazo y tu frente empujaría mi barbilla como si quisieras que tu cara y la mía se fusionaran en una. Tu veloz corazoncito seguiría latiendo en mi mano mientras te acerco a mi pecho y compartiríamos tus caídas de ojos en silencio hasta que te hartaras. Porque sabías cuándo era el momento de parar. Porque tú eras la parte justa de este mundo y yo tengo el privilegio de seguir amándote.
27 jueves Feb 2014
Posted Poesía, Salud y bienestar
inEtiquetas
culpable, desafío, diversión, humor, idiota, imbécil, inocente, justicia, maldad, metasoneto, no es soneto, poesía, realidad, respuesta, soneto
Inspirado, cómo no, en determinados comentarios realizados en la Web de sopaderelatos.
Pensé empezar una respuesta como la siguiente:
El caso me parece divertido
aunque no falta quien falte crispante,
nombrando nueve infiernos, como en Dante,
al creador de este URL tan concurrido.
Como el uso de ciertas palabras (que ni siquiera lo son, como URL) no está recogido en la RAE, y para no faltar al soneto clásico, decidí darle otro comienzo:
La discusión de este asno me ha aburrido,
al faltón lo considero sobrante,
y ya dejó su opinión, no obstante,
entre grandes rebuznos y alaridos.
En este inicio, me pareció que estaba siendo demasiado soez, lo que podría devenir en una respuesta agresiva, por lo que me retracté y volví al comienzo
¿De dónde viene este sutil sonido?
Quizá el titilar de una estrella errante;
por el tono engreído y altisonante
yo lo creo ciervo en celo y su bramido.
Otra vez, volví a perder el Norte y mi imaginación se había colapsado. ¿Sabes qué? Decidí que mejor eligiera los dos cuartetos que más le gustaran y que yo me ponía a componer tercetos.
Va el primer terceto, por delante,
sin otro afán que terminar el reto
tratando de ser poco insultante.
Tú que, por tu mente, eres escueto,
y por tu actividad un comediante,
ya me dirás si cumple y es soneto.
Finalmente, por respeto, sobre todo a aquellos de sopa de relatos que pudieran verse inmiscuidos en violenta querella por culpa de una respuesta realizada en virtud de mi libre albedrío, lo pongo libre de asociación. Y sólo digo, como Quevedo, “a quien se pica que lo hagan hamburguesa, como en el Mc Donalds“*
*Quevedo es un amigo mío, no el autor del siglo de Oro**
** Mi amigo Quevedo es imaginario.
18 sábado Ago 2012
Posted Poesía
inSi no fuera por miedo, sus manos serían alas y no calaría la tormenta su sombrero. No huiría, pero correría escapando de las aguas a hacer mundo, se envolvería en su sobretodo de voluntad y avanzaría cortando el viento a cada paso.
Si no fuera por miedo, la casa no iría estrechando las paredes que le oprimen. No emitiría juicios ni se sometería a ellos, pero se dejaría guiar por el significado de la palabra Justicia.
Si no fuera por miedo, las lágrimas que traga brotarían y no tendría que tampoco que ocultar su sonrisa inadecuada. No escondería sus deseos tras un velo.
Pero nació pajarillo friolero, de plumas recortadas: inseguro en el vuelo. Nació temiendo a la cuerda floja, ¡hasta con red!, con la garganta atravesada de palabras y el rostro congestionado en una máscara.
Nació con sueño a las diez de la noche, con montañismo dominguero, con novia, esposa, casa y tumba. Nació con la vida arreglada y, por supuesto, con miedo.
10 viernes Ago 2012
Posted Viñetas
inEtiquetas
amor maternal, castigo, educación en valores, infracción, justicia, sacrificio
16 lunes Abr 2012
Posted Microrrelatos
inImpasible ante las órdenes, pero con la espada en la mano. De pie, los ojos fijos pero no inertes. Al contrario.
– Señor, allí donde se encuentra la torre la senda se corta abruptamente, o eso han comunicado los exploradores.
Por fin logra moverse y los dedos repiquetean sobre el puño a mano y media de su espada. Con la cabeza sobre el tocón d u n árbol, el reo espera el golpe definitivo.
– Nadie ha ordenado que paremos – contestó.
– Pero…si seguimos caminando, la dejaremos atrás.
Deja caer la espada a un lado y mira a su señor con una mirada compasiva y retadora a un tiempo. Los guardias, compañeros, lo arrestan en el sitio. Otro toma su lugar y procede con el reo.
– Es probable que, si salimos de ella, la senda no se modifique, pero son nuestras piernas quienes nos mueven y no el camino.
13 martes Dic 2011
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ética, Ciencia, ensayo, Hernando Cosí, justicia, Místicos, Perspectiva, Verdad
Y que conste que lo ha escrito Hernando:
Ciencia y Perspectiva Madrid, domingo 11 de Diciembre de 2011
Hernando Cosí
En el siglo XII, los místicos poseían la verdad irrebatible. De cualquier discusión, por poderosos que fueran tus argumentos, podías salir escaldado si no atendías a sus razones. De hecho, tal era su fuerza que, en sus últimos coleteos, crearon tribunales que juzgaban a aquellos que no se atenían a su forma de pensar. El peso de estos juicios perduró, incluso, más allá de la influencia del propio misticismo, en forma de Inquisición y, aún, hasta nuestros días, como demuestra el papado. Pero ésta no es la cuestión. Al realizar esta introducción pretendía mostrar lo importante que es comprender que, en otras épocas, el pensamiento más válido no era el objetivo, el científico, sino que podían coexistir los pensamientos más empíricos con otros más racionalistas y, aún así, preponderar aquellos que no se basaban en los sentidos.
Sin embargo, la perspectiva de que el conocimiento no se reduce tan solo a lo que es comprobable y falseable, sino que abarca un campo mucho mayor que va desde lo que sentimos a lo que creemos, de nuestra cabeza a nuestro corazón pasando por nuestro estómago, parece haberse perdido. Valoramos sólo lo palpable, lo tangible, y eso ha hecho que los valores humanitarios hayan ido perdiendo peso.
Tan sólo hay que pregunta a los padres sobre los estudios que desearían que cursasen sus hijos. Unos, desde una perspectiva pragmática, y otros desde la más absoluta convicción de superioridad, elegirán mayoritariamente una carrera de índole científica, técnica o una mezcla de ambas; otro amplio margen optará por una relacionada con el ámbito económico que, aunque no atañe directamente a lo que se está exponiendo sí da una idea de lo esperable. Los menos (si es que los hay) se decidirían por una carrera de humanidades, y, generalmente, más por razones de herencia intelectual que por convicción.
Indicativo es, por lo tanto, de una forma de ver la vida en la que lo importante son los hechos en sí y no el individuo que los percibe, comprende, asimila y vive. Lo triste de esto, además de la deshumanización de las personas, es que aunque en sí no es negativo, se ha perdido la consciencia sobre que los hechos siquiera son ajenos al intérprete y, por lo tanto, se está aspirando radicalmente a una utopía.
Mientras nos vamos extremando en esta posición, se pierden valores fundamentales y no somos conscientes de que la inercia normal nos indica que habrá, tan pronto como toquemos techo, una regresión a un humanismo exacerbado que de el contrapunto al cientifismo fanático.
Como amante de la objetividad moderada (era en origen un científico más), temo este momento; no por la recuperación de la persona como ente, si no por la pérdida de algunas calidades que sólo pueden percibirse desde este campo.
Así que propongo ¿qué tal si damos un paso hacia atrás y recuperamos la consideración y el respeto hacia nuestros hermanos, y no rivales, de conocimiento?